Los zapatos que usen los niños en la época escolar deben ser de cuero suave, no deben comprimir el pie ni ser excesivamente grandes.

Las medias o calcetines deben ser de hilo o algodón y de tamaño adecuado para evitar la presión que ejercen sobre los dedos o las uñas, ya que con el tiempo aparece la configuración viciosa y deformidades en los dedos, como las uñas incarnadas o dedos en garra.

Un zapato restrictivo y rígido puede dañar la estructura del pie, generando deformaciones ósteo-articulares.

Lo más importante en un buen calzado es el uso de un buen contrafuerte, que sujete el pie por la parte del talón.

Si son botas, procurar que no inmovilice excesivamente el tobillo.

En ningún caso es recomendable heredar el calzado de los hermanos ni de nadie, pues adoptan la misma forma del pie con su uso.

Nuria Sarroca © 2025 Notas legales.

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