Diversos tipos de hongos están presentes en nuestro medio ambiente. El espacio cerrado, húmedo, mal ventilado, y sin el efecto de los rayos del sol en el interior del calzado, hace a los pies especialmente susceptibles a esta infección.

La mayoría de los hongos son inofensivos hasta que penetran en la piel. Pueden invadirnos a través de un pequeño corte, después de sufrir una lesión o ante procesos irritativos, su proliferación afecta al lecho de la uña. Las infecciones por hongos en la lámina y la matriz de la uña son bastante frecuentes.

Síntomas: los hongos originan el engrosamiento de la lámina de la uña, ésta presenta una coloración entre el amarillo y  marrón oscuro. El espesor de la uña actúa como un cuerpo extraño y puede llegar a causar dolor.

Recomendamos comenzar el tratamiento ante los primeros signos de infección. La acumulación de detritus debajo de la uña puede conducir a una uña encarnada, o complicarse con presencia de bacterias y manifestarse con infección en otras partes del cuerpo alejadas del pie. Para reducir el dolor de una uña con hongos y engrosada, el podólogo limará la placa de la uña para rebajar su espesor. Sin embargo, este tratamiento no impedirá el desarrollo de la infección. El tratamiento medicamentoso es preciso cuando:

  • Existe infección en una uña
  • Hay varias uñas afectadas
  • Se desea preservar una uña que presenta una pequeña porción micótica

Debe seguirse fielmente el tratamiento y facilitar al podólogo el control de los resultados. La medicación local tópica es más efectiva cuando se aplica directamente sobre el lecho de la uña, después de haber recortado las zonas infectadas. En ocasiones, solo retirando la uña completa y la matriz será posible quitar la infección.

Nuria Sarroca © 2024 Notas legales.

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