Tenemos tendencia a calzar a niños desde el nacimiento, tanto preandantes como para gatear.

Me gustaría que conocierais la información resumida sobre un curioso pero muy interesante estudio basado en numerosas fuentes bibliográficas en relación al desarrollo psicomotriz del niño, tratados de neurología y principales teorías sobre el desarrollo de la inteligencia del niño.

Aunque al nacer ya se tienen prácticamente todas las células nerviosas que se dispondrán en la edad adulta, las redes y conexiones entre ellas se perfeccionan y especializan durante la infancia.

En el bebé, una etapa muy importante será la percepción del propio cuerpo y saberlo diferenciar del resto del mundo.

El interés sobre su propio cuerpo aparece al tercer mes de vida, cuando se mira las manos y empieza a descubrir su cuerpo.

La imagen de sí mismo que él construye tiene su origen en sus experiencias de todas las sensaciones táctiles, cinestésicas y visuales resultantes de la relación del niño con el mundo.

El esquema corporal se va desarrollando poco a poco y depende de la maduración del sistema nervioso central y de la propia acción corporal.

 

Coger con sus manos sus propios pies produce experiencias sobre los límites del propio cuerpo, nuevas sensaciones y en consecuencia desarrollo cognitivo.

Los pies descalzos y los pies llevados a la boca ayudan a la madurez de la propiocepción y exterocepción.

La motricidad, sensibilidad y psiquismo están íntimamente unidos.

A los 7-8 meses, que es cuando los niños manipulan sus pies con las manos o con la boca están aportando un importante estímulo para el desarrollo sensorial.

No debemos reprimir la sensibilidad táctil de los pies calzándoles, pues informan de sensaciones del mundo exterior como temperatura, textura… favoreciendo su desarrollo psicomotor y potenciando libertad de movimientos tanto con los dedos como con el resto de los pies.

En la primera infancia (estimulando la mielinización de las dendritas y favoreciendo el control neuromuscular, desarrollo intelectual y habilidades sociales) el juego que predomina es el juego motor, el movimiento físico del bebé.

Es importantísimo que la planta del pie del niño se ponga en contacto con superficies irregulares a fin de estimular las sensaciones cinestésicas y los reflejos posturales.

 

El niño necesita el estímulo táctil de presión, irregularidad de terreno para desarrollar la propiocepción, mejorar la posición de articulaciones, reforzar musculatura…

Por todo ello, no debemos poner impedimentos a este desarrollo encerrando y tapando sus pies con un calzado que se ha comprobado que no necesita. Este calzado para preandantes o gateo no tiene justificación para su uso, además de añadir un peso excesivo a los pies impidiendo sus movimientos.

Como comentan estudios, el movimiento de autodefensa que utilizan los niños de descalzarse en cuanto pueden debería hacernos pensar que quizás tenga más significado del que nos parecía…

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Nuria Sarroca © 2025 Notas legales.

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