Resulta fundamental ser consciente de que el pie, al igual que el resto de nuestro cuerpo, necesita de unos cuidados básicos y un mantenimiento; aunque estos presenten un aspecto saludable y no exista ningún problema de base, ni se asocie una patología que exija un cuidado especial.

Trataremos de dirigir al paciente para que desarrolle de forma habitual ciertos cuidados.

  • Los pies deben lavarse a diario, con agua tibia y jabón neutro, con un pH adecuado para la piel y que no incorpore ni colorantes ni perfumes, pues podrían producir irritación; mucho más en pies delicados o pies diabéticos.
  • Secarlos minuciosamente, teniendo especial cuidado entre los dedos. Es una de las partes del cuerpo que más tiempo deberíamos dedicar a su secado.
  • Tras su secado procederemos a aplicar la correspondiente hidratación que mantendrá su piel suave e hidratada. Trataremos de evitar aplicar crema entre los dedos, ya que podría aportar al pie demasiada humedad y favorecer la aparición de hongos. Si tiene dudas sobre qué tipo de cremas usar, y que mejor se adapte a la piel de sus pies, diríjase a su podólogo o farmacéutico y déjese aconsejar por ellos.
  • El corte de las uñas deberá ser de forma recta, sin recortar las esquinas y proporcionando una medida ni demasiado larga ni demasiado corta (dejando unos 2mm del borde libre de la uña).
  • Los calcetines deben cambiarse a diario, y si suda mucho el pie, dos veces al día, de manera que no proporcione una humedad continua al pie favoreciendo así la presencia de hongos y con ellos la posibilidad de nuevas y mayores infecciones.

Trataremos que el material sea natural y no sintético.

En el caso de excesiva sudoración, conviene usar unos suaves y absorbentes calcetines, de algodón en primavera y verano y de lana en las estaciones de otoño e invierno.

  • En caso de excesiva sudoración o hiperhidrosis, acuda al podólogo y deje que sea él quien aconseje sobre el tratamiento.
  • No se debe manipular ninguna lesión que aparezca en el pie, tales como callos, durezas, rozaduras…resulta imprescindible acudir a un especialista para su tratamiento, pues corren el riesgo de no aplicar los tratamientos adecuados, lo que acarrearía graves consecuencias.

Además, puede indicarle si existen alternativas para eliminar los callos definitivamente, o disminuirlos, tales como plantillas (ortesis) de silicona.

  • Practicar ejercicio diariamente ayuda a activar la circulación sanguínea en los pies, aunque únicamente sea subir un tramo de escaleras o dar un paseo.
  • Aconsejamos tener siempre un especial cuidado en las zonas de uso público (vestuarios, duchas, piscinas…), y siempre hacer uso de chanclas, evitando ir descalzo.
  • Además, usar un calzado apropiado es fundamental para su correcto funcionamiento, ya que sujeta y protege el pie.
  • Acuda por lo menos una vez al año al podólogo como profesional especializado en patología del pie. Asegúrese que acude a un profesional titulado. Puede buscar la placa oficial acreditativa o incluso consultar en el colegio profesional de Podólogos.

 

 

Nuria Sarroca © 2025 Notas legales.

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