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- Lava tus pies una vez al día con jabón antiséptico (pH 5,5) y agua templada.
- Sécalos cuidadosamente, especialmente entre los dedos.
- Mantén la piel de tus pies bien hidratada. El talón es la zona del pie que más hidratación necesita. Para evitar grietas por sequedad. aplica un producto hidratante con urea, adecuado al estado de tus pies.
- Corta las uñas de los pies rectas no muy cortas. Es aconsejable limarlas.
- Realiza algún ejercicio regularmente para mejorar la circulación de tus pies.
- No andes descalzo en piscinas y duchas públicas.
- Utiliza calcetines o medias de fibra naturales.
- Elige zapatos anchos, cómodos y flexibles. Procura no llevar mucho tacón (2-4 cm) y alterna diferentes pares de zapatos.
- Acude al podólogo ante cualquier dolor, enrojecimiento de la piel, picor entre los dedos, descamación, etc.
- Las personas diabéticas y con problemas vasculares deben extremar el cuidado de los pies y acudir con frecuencia al podólogo.
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