La uña incarnada dolorosa puede ser congénita, ocasionada por una curvatura anormal o por ser muy ancha (con bordes no paralelos). A menudo, el corte profundo redondeando la uña es la causa de este doloroso problema. Un zapato inadecuado (estrecho, sin fijación en el empeine, de tacón alto) o una deformidad como el juanete que fuerza al dedo gordo contra el segundo, originan presión entre la uña parcialmente enterrada en la piel y los tejidos blandos.
Síntomas: Enrojecimiento, hinchazón, infección y padecimiento de fuerte dolor. La uñas incarnada puede acompañarse de otros desórdenes en los dedos, tales como un gran crecimiento del tejido blando sobre el borde de la uña (rodete) o la formación de un pico en el hueso (exóstosis) presente debajo de la uña.
Con frecuencia se recurre a la cirugía para mitigar el dolor y quitar la porción de uña que molesta. Sólo deben quitarse unos milímetros de uña. Cuando toda la uña esta afectada por una infección o hay una deformidad severa, la uña y su matriz (células que dan origen a la uña) puede eliminarse completamente.