Primeros auxilios ante roces o ampollas

Podíamos definir la ampolla como una protuberancia en la piel que contiene líquido.

El líquido aparece bajo la piel y puede ser transparente o sanguinolento.

Su aparición se debe a diferentes causas: por lesión, reacciones alérgicas o infecciones, entre las que se incluyen las siguientes:

  • Quemadura o escaldadura.
  • Quemadura por exposición prolongada al sol.
  • Fricción con el zapato.
  • Dermatitis de contacto.
  • Impétigo (infección contagiosa de la piel)
  • Infecciones virales (incluyendo varicela y herpes zoster).

Cómo actuar:

Normalmente las ampollas se curan de forma natural, aunque bien es cierto que cuando aparecen en el pie son tremendamente molestas, pues rozan con el calzado y damos apoyo sobre esta superficie a nuestro cuerpo.

Aconsejamos lavar la zona con agua y jabón con pH neutro.

Una compresa de hielo o muy fría puede ayudar a reducir la inflamación y las molestias (nunca aplique directamente el hielo sobre la piel. Rodéelo previamente con un paño o compresa).

Mantener la zona seca y limpia, nunca reventar ni pinchar la ampolla en casa, puede infectarse y necesitar un tratamiento más específico y prolongado.

Si la ampolla se revienta, aplique yodo o antiséptico y coloque un vendaje para mantenerlo limpio y que no se infecte.

Observe la zona por si se presentaran signos de infección, como aumento de su temperatura, inflamación, enrojecimiento, drenaje, formación de pus o dolor.

Si usted nota cualquier señal de infección, acuda de inmediato a su podólogo, puede ser necesario la administración de antibióticos.

Se desaconseja usar calzado sin calcetines, pues creará mayor fricción y la aparición de ampollas.

Como cuidado preventivo podemos aplicar talco en los pies.

Para montañismo o deportes en climas muy fríos, usar calcetín delgado o liner bajo un calcetín grueso que elimine la humedad por acción capilar, que absorba la humedad.

Usar calzado adecuado y de talla precisa. Si resultan demasiado rígidos, presionan el pie produciendo roces; y si son grandes o no se ajustan bien a su anatomía, también pueden producir ampollas.

Quienes practican trekking o senderismo deben usar buen calzado y calcetines internos delgados, y cambiarse los calcetines al menos una vez al día. Los pies con excesiva humedad son más propensos a las ampollas.

En verano se debe evitar usar sandalias que incorporen tiras estrechas y finas, ya que el roce es mayor, especialmente en las que la sujeción consiste únicamente en una tira entre los dedos del pie.

 

 

Nuria Sarroca © 2025 Notas legales.

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